28/5/13

Muchas tardes sin nada que hacer ... y una noche que me empeño en recordar


Las farolas decoran
los telares del pasado.
Espectros que asoman
sus figuras, desterradas,
en el ausente decorado.
Todo se esfuma al alba…
La carga estática desaparece…
Perece su aura estival.
La música da paso
a un dorado amanecer,
a un ebrio acariciar,
a una bacónica respuesta,
a un “Mañana volveré”
mal vocalizado,
al sonido del cristal
besado por varios labios.
Labios… que no se secan de traducir
el idioma propio, extraño.
Ese que ha ido marcando
con arrugas en la tez
un bestial y cruel paso
de inimitables años.


Daniel Brun

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