28/5/13

Muchas tardes sin nada que hacer ... y una noche que me empeño en recordar


Las farolas decoran
los telares del pasado.
Espectros que asoman
sus figuras, desterradas,
en el ausente decorado.
Todo se esfuma al alba…
La carga estática desaparece…
Perece su aura estival.
La música da paso
a un dorado amanecer,
a un ebrio acariciar,
a una bacónica respuesta,
a un “Mañana volveré”
mal vocalizado,
al sonido del cristal
besado por varios labios.
Labios… que no se secan de traducir
el idioma propio, extraño.
Ese que ha ido marcando
con arrugas en la tez
un bestial y cruel paso
de inimitables años.


Daniel Brun

23/5/13

Reflejo en la orilla


Y el reflejo de la luna
dará las verdaderas formas.
Destruirá las columnas
que, a duras penas, soportan
la pálida estructura
de nuestra apariencia .
Así es la noche…
Así es su mano…
La mano que acaricia,
a la llamada del ocaso,
el pelaje de las bestias.
Los segundos que ávidamente
secuestran el momento
que perdura en la retina,
que diseca los estigmas
que ocultas entre la maleza.
El sueño…Malcriado.
El desvelo que te salva,
enganchado a tu trenza,
de caer en el abismo.

Daniel Brun

22/5/13

Resucitar entre tachones





La explicación de la resurrección es bastante sencilla...
El motivo del retorno puede caer en la obviedad... y la sencillez.
Por mucho que trate de reconocerme, delante de un material reflejo, no logro llegar al epicentro de lo que realmente soy. Por mucho que indague en sueños desordenados e imágenes desmelenadas, no logro hacer una extensa lista de aptitudes y defectos, pues estos dormitan y tornan grises para camuflarse delante de mi ego, y solo dejan verse cuando mi autocompasión los convoca; pierden toda su efectividad y se ocultan, como si no existieran, entre una psique, que parece, descompuesta por la farándula del día a día y la situación de ese vulgar momento.

Somos falsos cuando soñamos…Falsos cuando hablamos de nosotros mismos.
Cuando el papel es rozado por la tinta, quizás, se siente violado y desprende el gemido que pueda, con su volumen, con su intensidad, tapar la farsa del acto de respirar. Desvela entre tinta  y calma… Entre carne y texto… Entre amor y sueño… Entre palabra y muerte… un patrón más real, menos adornado  que desprende la ingenuidad del que cree que no le miran, del que, pese en repasar lo escrito en voz alta, reina en su parcela de silencio.

La explicación de la resurrección es bastante sencilla… Soledad.
El motivo del retorno puede caer en la obviedad… Liberación.

Daniel Brun